Quedaron en la puerta del colegio, esperando a un autobús que había salido 25 años atrás. La fría mañana no podía empañar el calor de la acogida entre quienes compartieron aula durante su infancia. Después, rememorar anécdotas y recuerdos paseando entre los muros de un colegio que siempre será su Colegio porque, de alguna manera mágica, se abraza al corazón y nunca lo abandona. Después, ciencias y letras, «los de siempre» y las escolapias, a compartir mesa y continuar recordando los viejos y buenos tiempos escolares.
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